Sobre mi dimisión de la ejecutiva provincial del PSOE de Cádiz

Ayer tomé la decisión de dimitir como secretaria de Comunicación y Nuevos Medios de la ejecutiva provincial de Cádiz. No fue una decisión fácil ni fue motivada por un calentón momentáneo, sino que hacía varios meses que lo estaba meditando y algunas personas lo sabían.

Creo que las decisiones no deben tomarse solo por gusto o placer, sino, en primer lugar, por responsabilidad y coherencia. No concibo la política para ocupar un cargo o calentar un sillón sin hacer nada o, como era mi caso, sin poder desarrollar de forma libre las competencias que tenía asignadas. Me parecería una falta de respeto hacia la militancia y hacia mi misma.

Tras intentar arreglar la situación en varias ocasiones sin ningún resultado, decidí dimitir y lo hice con transparencia, explicando los motivos. Mandé una carta a los integrantes de la ejecutiva provincial y a los secretarios de Comunicación y redes de las agrupaciones locales. Pienso que, al igual que los responsables políticos deben rendir cuentas de su gestión, también deben explicar el motivo por el que la abandonan.

Ningún medio de comunicación ni periodista se ha puesto en contacto conmigo pero la carta se filtró (nada nuevo, por desgracia, en este partido) y el Diario de Cádiz recoge la noticia. Lo hace a su manera y aprovecha para mezclar churras con merinas. Lo cierto es que no me gusta ver mi nombre en los medios por este motivo pero asumo mi decisión y creo sinceramente que he hecho lo correcto.

La creciente desafección ciudadana hacia la política nos está recordando cada día que los partidos políticos no pueden seguir igual. Para renovar no es suficiente un cambio de personas, sino una clara voluntad de hacerlo y un cambio en las estructuras. Seguimos con una estructura vertical de mando más propia de un cuartel militar que de un partido abierto a la sociedad. Las plataformas sociales están ganando terreno porque tienen una estructura abierta y participativa.

En un excelente artículo, Antoni Gutiérrez-Rubí escribe: «Hoy los partidos políticos y, en particular, los socialdemócratas, no cumplen adecuadamente tres de sus objetivos principales: selección y elección de líderes competentes; articulación de propuestas y programas capaces de dar respuesta a los enormes desafíos de nuestra sociedad; y dinamización de la conciencia social, la creación de valores progresistas y el activismo político».

Nos queda mucho por hacer, sin duda, pero lo más importante es la voluntad de hacerlo. No se puede esgrimir un discurso de renovación mientras al mismo tiempo se permite que le corten las alas a quien se le ocurre tener iniciativa.

Sigo siendo socialista y sigo defendiendo los mismos valores pero ante todo soy coherente con mi forma de entender la política.